Capital del Acero

La ciudad de Ramallo posee una historia íntimamente relacionada a la industria a partir de la creación de SOMISA en la denominada Punta Argerich, hasta la transformación actual en Ternium Siderar, la acería más importante del país y de Sudamérica, además de una de las más reconocidas a nivel mundial. A partir de su creación, muchas empresas que participan de la cadena de valor se han establecido y desarrollado en Ramallo.

 

A partir del emplazamiento de la industria pesada, Ramallo tuvo un drástico impacto socioeconómico, con miles de vecinos que han dedicado gran parte de su trayectoria laboral a la actividad. Además de que la Industria del Acero trabaja en conjunto con el Municipio local, Ternium Siderar ha ejecutado importantísimas obras educativas, sociales y de salud que han sido de relevancia en el crecimiento de la comunidad.

El 5 de mayo de 2016, el Honorable Concejo Deliberante declaró mediante a la ordenanza N° 5350 de ese año a Ramallo “Capital del Acero”, algo que el 14 de diciembre de 2018, fue respaldado con fuerza de ley (N° 15.088) por el Senado y la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires.

 

Ingeniero Manuel Savio

Manuel Nicolás Aristóbulo Savio nació nació en 1892 fue un militar e ingeniero que se destacó por desarrollar la industria siderúrgica en el país.

Ingresó al Colegio Militar de la Nación, egresando como subteniente. Su principal preocupación y actividad estuvo orientada a desarrollar la industria pesada en el país. En esa dirección creó la Escuela Superior Técnica en 1930 y fue autor de la Ley 12.709 de creación de la Dirección General de Fabricaciones Militares (1941). Además, editó obras como “Política argentina del acero” (1942), “Política de la producción metalúrgica argentina” (1944), entre otras. 

Como director de Fabricaciones Militares creó Altos Hornos Zapla, en Jujuy, aprovechando los yacimientos ferríferos allí presentes; impulsó la industria química pesada, creando las plantas químicas de Río Tercero, José de la Quintana y Tucumán; estableció un permanente intercambio científico y tecnológico con las empresas mecánicas; e impulsó la minería bajo la regla de que la demanda interna debía ser satisfecha con recursos mineros nacionales.

 “Señores  allá en Jujuy, en un pueblito lejano, un chorro brillante de hierro nos ilumina el camino ancho de la Argentina. Que su luz no se apague nunca, sigamos su luz. ¡Viva la Patria!”

Declaración de Savio  al momento de la inauguración de la siderurgia.

Bajo su dirección, el 11 de octubre de 1945 se realizó la primera colada de arrabio. Fue ascendido a general de división en 1946, dos años antes de morir. Decenas de escuelas técnicas, laboratorios y plantas fabriles llevan su nombre, así como una de las localidades de Ramallo.

Creó el Plan Siderúrgico Argentino aprobado por Ley 12.987 (1947), conocido como Plan Savio. Por la misma se creó SOMISA (Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina), siendo Savio su primer presidente.

Diseñó también el plan de producción de caucho natural y sintético y de un proyecto de ley para proteger las industrias de las materias primas básicas.

Savio falleció  el 31 de julio de 1948, dando por finalizado muchos proyectos que tenía para poner en marcha. Siempre pensó que para alcanzar un grado de independencia se debía desarrollar la industria pesada y que era de suma importancia producir acero, explotando los yacimientos minerales del país. 

El Plan Savio fue puesto en marcha en 1958, con la instalación de la planta de Punta Argerich, que luego se llamaría Planta Siderúrgica General de División Manuel N. Savio.

 

El Día de la Siderurgia Nacional

Todos los 31 de julio, se conmemora la muerte del general ingeniero Manuel Savio, creador de Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina -Somisa- y director general de Fabricaciones Militares.

La Ley 12987 y su modificatoria Ley 15801 conocida como “Ley Savio”, en homenaje a su creador, fue sancionada por el Honorable Congreso de la Nación el 13 de Junio de 1947 y aprueba el Plan Siderúrgico Argentino y la constitución de la empresa Somisa.

Sus principales finalidades fueron producir acero en el país, suministrar acero a la industria nacional de transformación y terminado, y asegurar la evolución y el ulterior afianzamiento de la industria siderúrgica argentina.

En nuestra ciudad cabecera figura un monumento en su honor, en la intersección de Bartolomé Mitre y la avenida que lleva su nombre

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